viernes, 31 de diciembre de 2010

Resultados Pisa // Javier Pascual

Resultados PISA. ¿Y la objetividad dónde?

Pese a que los resultados de la prueba PISA 2009 muestran importantes avances de Chile, la Alianza y los medios se han empeñado en masificar la idea de una educación estancada. Aunque falta mucho por avanzar, es necesario reconocer los progresos anteriores. Lavín puso énfasis en una cultura de la evaluación, pero ésta no sirve si no se consideran objetivamente los resultados.

Por Javier Pascual, Sociólogo, Investigador en temas educativos



Hace algunas semanas fueron publicados los resultados de la prueba PISA 2009 y poco se dijo al respecto. ¿Sabía usted que los resultados subieron considerablemente desde el 2000 y desde el 2006? ¿Sabía que fuimos el país que más aumentó en sus puntajes? ¿Sabía que este aumento va acompañado de la disminución de las brechas socioeconómicas? ¿Sabía que lideramos los países de Latinoamérica?
La Alianza y los medios de comunicación se han empeñado, sobre todo durante este año, en masificar un imaginario de una educación estancada, con un discurso tan simple como “en 20 años la Concertación no hizo nada”. Las reformas de los ’90 como el MECE o el P900 o una reforma tan importante como lo es la Subvención Escolar Preferencial el año 2008 son políticas de cambio profundo que lamentablemente no han sido reconocidas como se debe. La noticia de un mejoramiento importante los tomó desprevenidos y sólo supieron callar o desviar la atención a las partes negativas de los resultados, como que estamos debajo de los países de la OECD -como si pudiésemos pretender tener los estándares de un país europeo y desarrollado-.
No voy a decir que estamos bien, porque aún nos falta un largo camino que recorrer y afortunadamente nuestras expectativas son altas, pero el avance debe reconocerse. Se necesita objetividad y humildad, actitudes que este año han brillado por su ausencia en todos los sectores políticos. En la improvisada cuenta pública del lunes 27 de diciembre, el ministro Lavín dijo expresamente que se iba a poner énfasis en crear una cultura de la evaluación, pero de nada sirve si no se toman en cuenta los resultados objetivamente. Un gobierno que se jacta de ser el gobierno de la buena gestión no puede sólo reconocer las debilidades que hay que mejorar, sino también las fortalezas que se deben potenciar para mejorar estas debilidades. Mientras se siga perdiendo el tiempo en desprestigiar lo realizado anteriormente, difícilmente podremos avanzar a una educación de calidad.

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